En internet encontré personas que contaban sus historias, que habían caído y se habían levantado, que ya estudiaban esta carrera tan ansiada, y revelaban todos los altibajos por los que habían pasado, animándome a mi, y a otros como yo, con los que compartían sueño, a no dejar de luchar. A recordar siempre por qué nos esforzamos tanto y tener presente la meta.
De mí para mí, en tiempos de pandemia
Nunca antes sentí que se me arrebataba de esta forma el poco tiempo que tengo al año con mi familia. Con mi madre y mi hermana, en mi casa. Con mi perro y mis gatos. Con mis amigos. Con la playa, con el mar. Nunca antes había tenido que sentir miedo por si le pasaba algo a alguien que quiero. Pero ahora todo eso está sucediendo. Está sucediendo. El asunto es que, en la universidad, todo ha parado pero nada ha parado.
Estoy un poco mejor. Y ahora compagino
Pues por alguna extraña razón yo allí estoy como pez en el agua . Sí, el porcentaje de grasa en el aire es del 60%, las alarmas de los fritos no paran de sonar, las manos están siempre pringadas de mayonesa, las pantallas no paran de llenarse de pedidos, las piernas se adormecen de estar de pie, la gorra no es muy cómoda (aunque al final te acostumbras y ni la notas)… pero resulta que mientras estoy allí no pienso en NADA. EN NADA.
Crisis de Fe
Recientemente he experimentado por primera vez la sensación de que no podría seguir. De que es demasiado para mí y no era capaz de conseguirlo, ni lo sería nunca. De que quizá estaría mejor en casa.
Terminó primer curso
El primer cuatrimestre me fue bastante terrible. Creo que traía a cuestas el trauma de la ingrata experiencia en la facultad de la UAM. Todavía con muchos miedos y mucha desconfianza. Supongo que convencida, en el fondo, de que todo iría mal. Y claro, cuando uno está convencido de algo...